Su Excelencia, Fausto Ramón Mejía Vallejo, Obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís, afirmó aquí, que la “República Dominicana es un país azotado por la turbulencia generada por la inseguridad, la delincuencia y las drogas”.
Mejía Vallejo, externó sus criterios al dirigirse a cientos de dominicanos que se dieron cita en la Catedral de San Patricio, ubicada en la Quinta Avenida y la calle 50 en el corazón de Manhattan, y que siguieron atentos a la exposición del religioso, invitado de honor del Comité Arquidiocesano Nuestra Señora de la Altagracia.
“Es un momento difícil, es un gran problema que padecen muchas familias, que se han olvidado de la fe y de los principios, incluyendo la pérdida de los valores, por lo que les pido, que si aman a la Virgen de La Altagracia, si queremos honrar a María, es necesario rezar el Ave María y, aferrarnos a la comprensión y ayudar en este año de fe que culmina el 24 de noviembre”, indicó el religioso dominicano.
Al reiterar que “las puertas de la fe están abiertas para todos, y que podemos reconciliarnos con Dios y con nosotros mismos, el Obispo Mejía Vallejo invitó a los dominicanos asistentes a la misa que contó con una histórica asistencia record a la Catedral de San Patricio, que “hagamos esfuerzos por conocer la fe y a la vez reconciliarnos nosotros mismos”.
“Debemos hacer esfuerzos. La fe, profundizarla y hacernos testigos de su gran valor en esta vida y que el Espíritu Santo y la Virgen de la Altagracia nos ayuden a preservar con firmeza su fe y, luego piensen en su patria, unidos a sus familias y abrazados al Señor nuestro Dios”, indicó el prestante religioso.
“Los dominicanos, residentes en Nueva York, durante 40 años han estado celebrando las fiesta en honor a la Virgen de la Altagracia, nuestra Madre Protectora. Es una demostración de fe religiosa”, apuntó el Obispo Mejía Vallejo al destacar que Quisqueya es una flor del mar Caribe, es un semillero donde nació la fe de toda América, Quisqueya camina con la Virgen de la Altagracia con profunda fe y gratitud, gracias a Dios”.
El Obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís, recordó que fue en la República Dominicana, donde se dijo la primera misa, donde se construyó la primera Universidad y Nuestra Señora de la Altagracia ha sido nuestra protectora, en esta isla que fue cuna de la evangelización, citando como ejemplo histórico que Venezuela fue parte de la Diócesis de Santo Domingo, pero, cada país tiene una vocación distinta.
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