La Iglesia Católica deploró la práctica que por décadas ha caracterizado al Estado dominicano, de ofrecer “dádivas, dar asistencialismo y limosnas” a los ciudadanos y ciudadanas, cuyas acciones, afirma, lo que hacen es retrasar el cambio de mentalidad que necesitan los hombres y mujeres de la nación.
“Debemos entender que con dádivas, asistencialismo y limosnas no se resolverá el problema de las carencias básicas que viven miles de familias dominicanas”, expresa preocupado el clero de la República Dominicana.
Considera esencial y urgente que el Estado implemente políticas sociales que permitan a cada familia encontrar la vía para llegar a la realización, sabiendo que este es el desarrollo de los pueblos.
La posición de la Iglesia es plasmada en uno de sus principales órganos de difusión, el periódico Camino, de gran circulación en toda la comunidad católica.
En el editorial de su más reciente edición, que circulará a partir de este domingo 3 de enero, el clero abriga la esperanza de que en este nuevo año el gobierno del presidente Danilo Medina propicie las condiciones para que todas las familias puedan abrirse caminos de prosperidad, siendo gestoras de su propio desarrollo.
“Con acciones y gestos paliativos vamos andando por caminos equivocados. La dignidad con que Dios nos creó, nadie tiene derecho a pisotearla. El nuevo año nos llama a tener familias mejores y viviendo días felices”, dice.
Expresa que para este 2016, el mejor presente que se puede brindar al pueblo dominicano es sentar las bases para tener familias sólidas y bien edificadas, sabiendo que de ellas saldrán ciudadanos con los valores firmes que permitan construir un mejor país.
En ese sentido, considera que los protagonistas de las acciones violentas, “todas desgarradoras”, que vive la sociedad dominicana, provienen de hogares donde constantemente se sufren agresiones verbal y física.
“Hogares donde el hacinamiento y las inconductas son el oxígeno que llena cada rincón de la casa”, añade.
Afirma que se trata de familias necesitadas de todas las oportunidades para alcanzar un desarrollo integral, en donde el desempleo de sus miembros crea un ambiente tenso que alimenta la ociosidad, semillero propicio para que germine la delincuencia que actualmente llena de pánico a la sociedad.
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