Jóvenes migran ante la falta de una universidad en Monte Plata

Santo Domingo, RD  

 Llegamos a Monte Plata a las 6:20 de la mañana, cuando la noche aún se resistía a abandonar sus calles. En el parque, húmedo de rocío, solo se encontraba aquel hombre cargado de años, que barría pensativo la basura que había dejado la noche.

 Nos quedamos en el vehículo hasta que asomó la luz del nuevo día y empezó a salir tímidamente la gente. Unos a tomar la guagua para desplazarse hasta su trabajo y otros que caminaban de prisa hacia lugares cercanos a comenzar sus labores.

Todo era armonioso, como un baile que apenas iniciaba, y estábamos allí para constatar cómo vive la gente en aquella provincia cuyo nivel de desarrollo no alcanza para garantizar, de manera equitativa, un adecuado nivel de vida para sus pobladores.

Para jóvenes como Kerien Antigua, encontrar oportunidad de trabajo y hacerse profesional fue muy díficil en Monte Plata. Quedó húerfana cuando sus deseos de ser profesional apenas asomaban. Su tía y su abuela la apoyaron para que fuera a la universidad, pero tenía que salir de la provincia porque no existe un centro de educación superior allí, ni siquiera un lugar para la formación técnica, y entonces ¿cómo hablar de desarrollo?

Monte Plata está calificada como provincia de desarrollo humano medio bajo, según las estadísticas del 2016 analizadas por el Progama de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

De las tres dimensiones del desarrollo: salud, educación e ingresos, las que más frenan esta provincia son la educación y el ingreso. Según los datos del PNUD, la tasa neta de culminación escolar a nivel básico es de 29.5%, a nivel medio de 19.5% y a nivel promedio de 24%, lo que da un índice total de culminación escolar de apenas 0.170.  Según el gobernador, Nicio Rosario y el director provincial de Educación, Claudio Mustafá, se coordinan acciones para establecer una universidad privada en la provincia, junto al proyecto de la “Ciudad del Conocimiento” que abarca desde la educación inicial. Otro desafío a vencer para alcanzar que sus comunitarios eleven sus niveles de bienestar, es el acceso al empleo.

El sector público es el mayor empleador de la provincia y sus puestos son muy limitados. También existe un “boom” en la producción de piña donde se están generando empleos, y en una empresa que se dedica a la siembra de palma africana.

El comercio informal, el motoconcho y la agropecuaria siguen siendo la base de  la economía de muchos pueblos, pero estos no ofrecen garantías para un trabajo de calidad que garantice un ingreso decente.

En el sector salud se han logrado avances importantes, sin embargo, el director provincial de Salud, Wiston Martínez, refiere que aún existe una brecha en infraestructura y recursos humanos muy significativa.