La Iglesia Católica rechazó el activismo político
a destiempo en la República Dominicana, a pesar que faltan tres años
para las próximas elecciones, indicando que muchos políticos prefieren
vivir en esa “fiesta” constante para no escuchar las voces de dolor del
pueblo por la carencia de tantas necesidades.
Fija su posición en el editorial del semanario
Camino en el que además propuso, asimismo, reglamentar la actividad
política en el país porque no se puede continuar como chivos sin ley.
Explica, que los dominicanos sufren necesidades,
mientras los dirigentes políticos viven en un mundo de lujos y
privilegios que los aleja cada vez más de los marginados.
Y puso de manifiesto que la avalancha de
aspiraciones, a la presidencia de la República y a otros puestos
estatales, desborda los límites de la sensatez.
Deplora, que cuando se trata de funcionarios del
actual Gobierno la situación es más preocupante, porque éstos descuidan
su trabajo, por el cual pagamos todos a través de los impuestos, para
convertir sus ministerios en comandos de campaña proselitistas.
Indicó, que este proselitismo sepulta la
eficiencia laboral de sus empleados para dar paso a las alabanzas y loas
de su jefe inmediato, el cual logra una adhesión tan fuerte de sus
subalternos como la hiedra a la pared.
Añade, “está bueno de estas campañas a destiempo,
mientras que el pueblo necesita un respiro para trabajar y salir hacia
adelante”, añadió.
Intuye, “el visitante extranjero que llega a
nuestro país pensará que las elecciones para escoger nuevas autoridades
están próximas. Incluso entrará en dudas si serán antes que las de
algunos países latinoamericanos, como es el caso chileno”.
Los padres católicos manifiestan, que su impresión
está fundamentada en la cantidad de afiches y vallas que promueven a
candidatos para las elecciones del 2016.
Sostienen, “es que muchos políticos prefieren
vivir en una fiesta constante, en su mundo, para no escuchar las voces
de dolor de tantos hermanos nuestros que sufren por la carencia de
tantas necesidades básicas no cubiertas, mientras los dirigentes viven
en un mundo de lujos y privilegios que los aleja cada vez más de los
marginados”.
Perplejos con la situación, se preguntan, ¿cómo es
posible que apenas se han cumplido 14 meses del presente Gobierno,
electo en mayo del 2012, y ya estemos en este remolino de aspiraciones
presidenciales que dispersa fuerzas y distrae el trabajo que deben hacer
en búsqueda del bien común los que desean dizque sacrificarse por el
pueblo?
Traen a colación, que una de las razones que se
enarboló para unificar las elecciones congresuales y presidenciales era
librar a este país del carnaval político de cuatro años en cherchas
mediáticas y reuniones improductivas.
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