Envejecientes en RD viven sumidos en una de las mayores injusticias sociales

Santo Domingo,

Este jueves 1 de octubre se conmemora el Día Internacional del Envejeciente, y República Dominicana se vive una de las mayores injusticias sociales, el abandono de los padres por partes de sus hijos e hijas.

Cada día va en aumento la cantidad de padres y madres de hijos profesionales, laboralmente productivos y bien posesionados socialmente, que son abandonados  a su suerte, pasando hambre, carencia  de medicinas, soledad, y llegando muchas veces hasta morir por la falta de atención y sufrimiento de sus seres queridos.

La presidenta de la Fundación Manos Arrugadas, Geanni Paulino entregó a la presidenta del Senado, Cristina Lizardo el anteproyecto de Ley de Reclamación de Manutención de Padres a Hijos, para ser aprobada por las cámaras legislativas y promulgada por el Poder Ejecutivo.

Paulino destacó que el anteproyecto contiene la disposición clara de que debe existir la responsabilidad de los hijos para con sus padres.

Indicó que solo por el hecho de haber nacido, es una condición que se convierte en obligación natural, pero si el hijo o hija abandona a sus padres, no les visitan, no les llaman, no les suplen  sus necesidades…el Estado debe velar por ellos, creando las leyes para su protección y para que no mueran de soledad, hambre o por falta de medicinas  

Explicó que la iniciativa legislativa plantea que el hijo está obligado a alimentar, vestir, sostener y procurar albergue a su padre y/o madre, que haya o hayan perdido la capacidad de sostenerse por sí mismo , siempre de acuerdo con las necesidades del mayor de edad y en relación con los medios que disponga el hijo o hija.

Se destaca que el anteproyecto de Ley de Reclamación  de Manutención de Padres a Hijos, plantea en uno de sus consideraciones que, por efecto  de los fenómenos de la urbanización, la industrialización y la transición del predominio de la familia grande multigeneracional al predominio de la familia  nuclear bigeneracional, hoy en día los adultos mayores se encuentran menos protegidos e integrados familiarmente que en épocas pasadas, rompiéndose así el ciclo natural de protección familiar.